Mi Cirugía de Fascitis, Un Éxito Rotundo.

Mi Falsa Fascitis Plantar. Sergi Hijazo

Mi cirugía del síndrome del túnel del tarso ha sido un éxito rotundo, pero en este relato quiero contar mi experiencia como usuario y el transcurso de todo un proceso en el que he estado inverso durante prácticamente tres años.

Artículos escritos por pacientes del Dr. Iborra que comparten sus experiencias en la web del especialista para ayudar a otras personas.
🕰️Tiempo de lectura: 4 minutos

Mi nombre es Sergi, tengo 45 años y trabajo como enfermero en emergencias y en el hospital de mi ciudad Lleida.

Debido a mi trabajo, tengo que pasar muchas horas de pie con lo que eso conlleva.

Hace aproximadamente ya tres años, empecé con un dolor en la parte del talón en los dos pies, que al principio no le di importancia, pero a medida que pasaban los días iba en aumento.

Me puse en manos de un podólogo que me instaura unas plantillas ortopédicas después de realizar el estudio pertinente  de mi pisada etc.

Pasados dos meses el dolor fue en aumento y después de una segunda cita, por diferentes motivos vi que no era el camino para mi recuperación.

Paso un mes más y me dirijo a otro podólogo de mi ciudad, al remarcar mi dolor insoportable me realiza mi primera infiltración, además de realizarme unas segundas plantillas. El dolor se calma dos meses pero, después de ese tiempo, vuelve y esta vez con más fuerza. Seguimos con las infiltraciones, 4 más en total, dando el mismo resultado y me sugiere la cirugía para la fascitis plantar, le pido que me explique cómo sería la cirugía y me la señala como una intervención dolorosa que tendría un reposo de dos años aproximadamente.

Ni que decir tiene que durante ese tiempo estuve indagando por la red y estuve realizando todos aquellos ejercicios de estiramientos, aplicación de frio local, prótesis nocturnas etc.

Finalmente en una página de corredores encuentro un tratamiento laser que realizan a 160 km de mi casa y antes de mi intervención voy a probar esa nueva técnica. Después de otra visita donde me realizan otras plantillas similares a las que llevaba en forma pero más cómodas en amortiguación.

Inicio el tratamiento con un láser donde encuentro una mejora momentánea quizás más somática por el deseo de curarme que por el tratamiento en sí. Prosigo con ese tratamiento durante 36 sesiones, cuando lo normal en una fascitis eran unas 11 sesiones o eso me explica. Finalmente, viendo que el progreso era nulo a pesar de mi esfuerzo tanto moral como económico, desisto de ese tratamiento e inicio uno de acupuntura y moxibustion (medicina tradicional china) con el mismo resultado.

Desesperado por el incremento de dolor, me planteo la intervención quirúrgica muy seriamente.

Sigo en mi búsqueda por la red sobre todo para saber si hay alguna tecnología puntera donde no me repercutiera a esos dos años de baja laboral que después de tanto despendio económico en tratamientos banales, no me podía permitir.

En esa búsqueda encuentro y conozco al Dr. Iborra (Podólogo) por sus méritos en una cirugía novedosa prácticamente nada invasiva y que me da un cierto curioseo por ello.

Me pongo en contacto con el Dr., el cual, después de una extensa visita donde me explica con pelos y señales toda la información necesaria para poder tomar una decisión.

Decido ponerme en sus manos, pero, lo más inquietante, es que mi problema no era una fascitis plantar en ambos pies, sino que tenía atrapados los nervios, a lo que se le denomina síndrome del túnel del tarso, imaginaros mi confusión y desanimo…años tratándome de una lesión que no tenía, con todo lo que conlleva, tiempo perdido, mucho dinero gastado, y en definitiva mucho sufrimiento. Esta visita fue un miércoles y el viernes lo tuve tan claro que le dije al Dr. Iborra que me operara, y así fue, ni regrese a Barcelona. El Dr. Iborra Juntamente con su compañero de fatigas el Dr. Villanueva (traumatólogo), proceden a realizar la intervención, lo que agradezco profundamente para volver a caminar con decencia. Ya que cuando realicé la primera visita en su centro Clínica Avanfi, caminaba de puntillas y con un dolor de 8 en una escala del 1 al 10.

Finalmente y para no extenderme más, la intervención fue un éxito rotundo. Tuve unos días de recuperación en la capital, pudiendo caminar mínimamente con unas muletas prácticamente desde el primer día que me intervinieron, y durante los 7-8 días posteriores. Al décimo día dejé las muletas y finalmente a los 23 días posteriores a mi intervención, empecé a trabajar de nuevo. Hoy que escribo este documento han pasado 4 meses, y realizo una vida normal, con cuidado de no forzar y un calzado deportivo muy cómodo, pero sin ninguna limitación en lo que se refiere a esa vida normalizada.

Pensando ya en mi propio objetivo que es iniciar la actividad de running en un grado de prudencia, y seguro que no tardando mucho lo conseguiré.

Agradecer desde estas líneas a todos los profesionales intervinientes, todo el trabajo realizado para que tenga una vida, ya que antes de conocer a los Dres. Iborra y Villanueva no la tenía.
Saludos y muchas gracias

Sergi Hijazo Prades

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