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Tratamiento y Cirugía de la Deformidad de Haglund: Abordaje Clínico y Quirúrgico Avanzado.

Introducción: cuando el dolor posterior del talón exige una solución definitiva.

La deformidad de Haglund es una de las causas más frecuentes de dolor en la parte posterior del talón, especialmente en deportistas, personas que pasan mucho tiempo de pie y pacientes que utilizan calzado rígido. Aunque el abordaje conservador de la deformidad de Haglund suele ser eficaz en fases iniciales, muchos casos evolucionan lentamente hacia un dolor crónico que limita la marcha, dificulta el trabajo diario y afecta al rendimiento deportivo.

Cuando la inflamación de la bursa retrocalcánea persiste, cuando el tendón de Aquiles empieza a degenerarse por fricción prolongada o cuando la prominencia ósea del calcáneo impide usar calzado normal sin dolor, se hace necesario aplicar un tratamiento más específico, preciso y, en ocasiones, quirúrgico.

Este artículo explica de forma rigurosa cómo se trata la deformidad de Haglund desde un enfoque clínico avanzado, empleando técnicas conservadoras basadas en biomecánica, infiltraciones regenerativas guiadas por ecografía, y las técnicas quirúrgicas más modernas para resolver la causa mecánica del dolor.

Objetivos del tratamiento: aliviar el dolor y corregir la causa mecánica.

Tratar la deformidad de Haglund implica abordar simultáneamente el dolor, la inflamación y la fricción mecánica que existe entre el calcáneo y el tendón de Aquiles.

El objetivo del tratamiento es doble:

1️⃣ Eliminar o reducir la inflamación de la bursa retrocalcánea y del tendón de Aquiles.
2️⃣ Controlar la prominencia ósea y mejorar la biomecánica del retropié para evitar recurrencias.

El tratamiento se planifica en función de:

🎯 síntomas,
🎯 grado de inflamación,
🎯 presencia de tendinopatía insercional,
🎯 grado de prominencia ósea,
🎯 tipo de actividad,
🎯 y evolución del paciente.

Tratamiento conservador: primera línea antes de plantear cirugía.

En la mayoría de los casos, la primera fase del tratamiento de la deformidad de Haglund consiste en medidas conservadoras que buscan aliviar el dolor, reducir la fricción y controlar los factores biomecánicos que agravan la lesión.

🟦 Modificación del calzado

El cambio de calzado es esencial para reducir la irritación mecánica. Se recomienda:

🔹 evitar talones rígidos o contrafuertes altos,
🔹 usar calzado con talón más blando y ligeramente elevado,
🔹 evitar roces directos sobre la parte posterior del calcáneo,
🔹 el uso de plantillas puede mejorar la sintomatología al descargar el tendón de Aquiles

En corredores, las zapatillas con talonera acolchada y drop moderado suelen proporcionar alivio inmediato.

🟦 Plantillas personalizadas y control biomecánico

El análisis de la pisada permite identificar las alteraciones que incrementan la fricción sobre el tendón de Aquiles. Cuando existe pie cavo, retropié varo, hiperpronación o dismetría funcional, se aplican plantillas personalizadas con:

🔹 control de carga,
🔹 compensaciones del retropié,
🔹 descarga del tendón,
🔹 y modificación de la angulación del calcáneo.

Este abordaje es especialmente eficaz cuando la biomecánica participa activamente en la generación del dolor.

🟦 Fisioterapia y rehabilitación funcional

La rehabilitación está orientada a disminuir la inflamación del tendón y mejorar su capacidad de carga. Incluye:

🔹 terapia manual,
🔹 tratamiento de tejidos blandos,
🔹 ejercicios excéntricos del tríceps sural,
🔹 movilización de tejido adherido,
🔹 técnicas de neurodinámica,
🔹 trabajo progresivo de fuerza y elasticidad del tendón,
🔹 estiramientos de los gemelos y del tendón de Aquiles.

En tendinopatías insercionales asociadas, el trabajo excéntrico adaptado ofrece muy buenos resultados si se realiza bajo supervisión profesional.

Tratamiento con cirugía ecoguiada mínimamente invasiva de la enfermedad o deformidad de Haglud

🟦 Crioterapia y antiinflamatorios tópicos

En fases agudas, la aplicación de frío y el uso de antiinflamatorios tópicos pueden proporcionar alivio. Sin embargo, estos tratamientos no resuelven la causa primaria, por lo que deben combinarse con un abordaje biomecánico adecuado.

🟦 Infiltraciones regenerativas ecoguiadas

En la unidad del Dr. Iborra, la ecografía musculoesquelética desempeña un papel fundamental tanto en el diagnóstico como en el tratamiento. Permite administrar fármacos o terapias regenerativas de forma precisa, evitando estructuras sensibles y aumentando la eficacia del tratamiento.

Entre las opciones destacan:

✔️ Plasma rico en plaquetas (PRP). Indicado especialmente cuando existe tendinopatía o degeneración del tendón de Aquiles. El PRP aporta factores de crecimiento que estimulan la reparación y la regeneración tisular.

✔️ Suero autólogo condicionado. Con efectos antiinflamatorios profundos, ideal para bursitis retrocalcánea crónicas o zonas de irritación persistente.

✔️ Colágeno inyectable. Útil para tendinopatías crónicas y para mejorar la estructura del tejido.

✔️ Otras terapias ecoguiadas. EPI, neuromodulación o bloqueos anestésicos selectivos en casos de dolor muy puntual.

En la deformidad de Haglund, estas técnicas no “eliminan” la prominencia ósea, pero sí controlan la inflamación asociada y ayudan a evitar la progresión de la tendinopatía.

🔗 Ver Infiltraciones con colágeno, PRP o Suero autólogo condicionado 

Cuándo fracasa el tratamiento conservador.

En algunos pacientes, a pesar de un tratamiento conservador bien indicado y ejecutado, el dolor persiste. Esto suele ocurrir cuando:

🔸 la prominencia ósea es significativa,
🔸 existe fricción constante con el calzado,
🔸 el tendón de Aquiles presenta engrosamiento severo,
🔸 hay microcalcificaciones,
🔸 a bursa retrocalcánea está muy inflamada,
🔸 o existe tendinopatía insercional avanzada.

En estas situaciones, el tratamiento conservador de la enfermedad de Haglund puede aliviar los síntomas, pero no elimina la causa estructural. Es entonces cuando se comienza a considerar un abordaje quirúrgico.

Indicaciones quirúrgicas en la deformidad de Haglund.

La cirugía de la deformidad de Haglund se recomienda cuando existe:

🧩 dolor persistente durante más de 3–6 meses,
🧩 afectación funcional que impide la vida diaria,
🧩 imposibilidad para utilizar calzado normal,
🧩 tendinopatía insercional avanzada,
🧩 bursitis retrocalcánea crónica y recidivante,
🧩 prominencia ósea que provoca fricción constante,
🧩 fracaso de tratamientos conservadores y regenerativos.

El objetivo no es solo “limar el hueso”, sino restaurar la función del tendón y permitir al paciente volver a caminar sin dolor.

Técnicas quirúrgicas: enfoque moderno y personalizado.

Cuando el tratamiento conservador fracasa, estará indicado el tratamiento quirúrgico, la técnica más utilizada es la resección de la exostosis del calcáneo, para así evitar el pinzamiento y roce del tendón con el hueso, consiguiendo la recuperación del tendón de Aquiles.

La elección de la técnica depende del grado de afectación ósea, del estado del tendón y de las estructuras inflamadas. En la unidad del Dr. Iborra se plantean técnicas que combinan precisión, mínima agresión y recuperación funcional rápida.

Existen tres modalidades quirúrgicas para curar la enfermedad:

*️⃣ Cirugia abierta para la deformidad de Haglund

*️⃣ Cirugia endoscópica para el síndrome de Haglund.

Es decir, lo mismo que una artroscopia. Usaremos una cámara de alta definición e instrumental específico para resecar el hueso y estas incisiones serán muy pequeñas. La anestesia será general o epidural y habrá que quitar la sangre al pie mientras se realiza el procedimiento. En ocasiones requiere de ingresos hospitalario.

*️⃣ Cirugia ecoguiada de la enfermedad de Haglund

Es la técnica más avanzada de todas las cirugías por ser mínimamente invasiva.
Se realiza con incisiones de 1- 2 milímetros, con anestesia local, y es ambulatoria, es decir,  no requiere ingreso hospitalario.
Las incisiones son milimétricas gracias a que los cirujanos realizamos esta cirugía con la ayuda de un ecógrafo de alta resolución. En vez de abrir la piel, con el ecógrafo y un instrumental muy pequeño operaremos la deformidad de Haglund.

Tratamiento Quirúrgico de la Enfermedad de Haglund

Cirugía abierta

operación de la deformidad de Haglund

Cirugía ecoguiada

¿En todos los casos se puede hacer cirugía ecoguiada para tratar el Haglund?

Habrá que analizar cada caso de manera personalizada pero, prácticamente a todos los pacientes que padecen la enfermedad de Haglund podrían ser candidatos para realizarles cirugía ecoguiada como solución a su patología. 

Recuperación de la cirugía de Haglund.

La recuperación de la cirugía de la deformidad de Haglund depende de la técnica empleada, pero en términos generales sigue un protocolo similar:

📆 Primeros días: reposo relativo, control del edema y movilidad suave del tobillo.
📆 1–2 semanas: retirada de suturas si las hay y comienzo de apoyo progresivo.
📆 3–6 semanas: fisioterapia para recuperar movilidad, fuerza y elasticidad.
📆 6–10 semanas: vuelta gradual a actividad normal y deportes de bajo impacto.
📆 10–12 semanas: retorno al deporte según evolución.
Los casos realizados con cirugía MIS suelen mostrar recuperaciones más rápidas y con menos dolor que las cirugías abiertas tradicionales.

🫸 » Si nos centramos en la cirugía ecoguiada, que es la menos agresiva de todas, la recuperación será activa. Es decir, no inmovilizaremos el pie ni con escayola ni con férula; por lo que el paciente podrá apoyar desde el primer momento con ayuda de muletas. Además, inmediatamente se pautarán ejercicios suaves como la bicicleta estática y estiramientos controlados.
🎯 La recuperación total suele darse en torno a los 2 meses pero dependerá de la deformidad y del daño que parezca el tendón de Aquiles.

Vídeo del Síndrome de Haglund.

❓ FAQ’s Tratamiento y cirugía de Haglund.

¿Todo paciente con deformidad de Haglund necesita cirugía?

No. La cirugía solo está indicada cuando existe dolor persistente, limitación funcional y fracaso del tratamiento conservador bien pautado. Muchos pacientes mejoran sin necesidad de intervención quirúrgica.

¿Qué ocurre si no se opera una deformidad de Haglund sintomática?

En casos persistentes, la fricción continuada puede favorecer inflamación crónica de la bursa retrocalcánea y degeneración progresiva del tendón de Aquiles, aumentando la complejidad del problema con el tiempo.

¿La cirugía de Haglund puede afectar al tendón de Aquiles?

La cirugía se planifica precisamente para proteger y preservar el tendón. Solo se actúa sobre él cuando existe degeneración, adherencias o microcalcificaciones que comprometen su función.

¿La cirugía de Haglund es igual para todos los pacientes?

No. La técnica se adapta a la morfología del calcáneo, al estado del tendón de Aquiles, al nivel de actividad del paciente y a la presencia de patología asociada.

¿Es posible volver a correr o hacer deporte tras la cirugía?

Sí. La mayoría de los pacientes retoman su actividad deportiva de forma progresiva, una vez completada la recuperación y la rehabilitación funcional.

¿Qué factores influyen en el éxito de la cirugía?

Influyen principalmente:

la correcta indicación quirúrgica,
la técnica empleada,
el estado del tendón,
el cumplimiento del protocolo de rehabilitación,
y el control biomecánico posterior.

¿Existe riesgo de rotura del tendón de Aquiles tras la cirugía?

Es un riesgo poco frecuente cuando la intervención está bien indicada y realizada con técnica adecuada. La planificación quirúrgica y la rehabilitación progresiva reducen significativamente esta posibilidad.

¿La cirugía deja una cicatriz visible en el talón?

Depende de la técnica empleada. Las técnicas mínimamente invasivas generan cicatrices muy pequeñas, mientras que la cirugía abierta puede dejar una cicatriz más visible, aunque generalmente bien tolerada.

¿Puede reaparecer la deformidad de Haglund tras la cirugía?

La recidiva es poco habitual cuando se corrige adecuadamente la prominencia ósea y se controlan los factores biomecánicos que contribuyeron a su aparición.

¿Se puede operar si existe tendinopatía aquílea asociada?

Sí. De hecho, en muchos casos la cirugía aborda de forma conjunta la prominencia ósea y la afectación del tendón para mejorar el resultado funcional y reducir el riesgo de persistencia del dolor.

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