DR. ÁLVARO IBORRA
Mi fascitis no me deja
hacer una vida normal.
Mari Carmen Izquierdo, paciente real del Dr. Álvaro Iborra con fascitis
Mi nombre es Mari Carmen Izquierdo, tengo 55 años, soy ama de casa y colaboro activamente en la explotación agrícola familiar, lo que implica estar muchas horas caminando y de pie. El 4 de septiembre de 2014 comenzó mi calvario: un dolor en el talón que nadie sabía diagnosticar.
🔍 Vivir con fascitis plantar sin saber qué me ocurría
Mi fascitis plantar no me dejaba hacer una vida normal. Estuve más de un año acudiendo a consultas médicas sin que nadie supiera qué me pasaba. Ni siquiera mi reumatóloga, que me trata por artritis y artrosis, logró identificarlo. Me aplicaron tratamientos genéricos: reposo, hielo, corticoides, antiinflamatorios orales… hasta que estos últimos me inflamaron el hígado.
También me recetaron plantillas personalizadas, pero el dolor no desaparecía.
🩺 Cuando por fin me dijeron que era fascitis plantar
Un año y dos meses después, me diagnosticaron fascitis plantar. Empecé a ir a fisioterapia privada, porque ya apenas podía caminar. El dolor subía hasta la rodilla, y mi pierna parecía un trozo de madera.
Me sometí a:
✅ 30 sesiones de fisioterapia privada
✅ 20 sesiones por la Seguridad Social
Probé técnicas como punción seca, corrientes, estiramientos… Conseguí algo de mejoría, pero no lo suficiente. No podía trabajar, conducir ni hacer vida normal. Estaba desesperada.
🌐 Así encontré al Dr. Iborra y al equipo AVANFI
Buscando soluciones por internet, descubrí al Dr. Álvaro Iborra. Me informé sobre su currículum y leí las opiniones de otros pacientes. Vi que era un referente nacional en el tratamiento de la fascitis plantar. Pedí cita en la Clínica AVANFI de Madrid.
En la primera consulta me hizo una ecografía, me exploró el pie y, por primera vez, sentí que alguien comprendía mi caso. Me ofreció dos opciones:
💉 Infiltración de plasma rico en factores de crecimiento
🦶 Cirugía ecoguiada (mínimamente invasiva)
Tras valorar todo, me recomendó la cirugía. El 3 de mayo de 2016 me operaron el Dr. Iborra y el Dr. Villanueva.
🦶 ¿Qué es la fascitis o fasciosis plantar?
La fascitis plantar (o más correctamente, fasciosis plantar) es una degeneración crónica de la fascia plantar, una banda de tejido conectivo que va desde el talón hasta los dedos del pie. Aunque se le atribuye una causa inflamatoria, diversos estudios actuales confirman que en muchos casos no hay inflamación, sino un deterioro del tejido, motivo por el cual hablamos de fasciosis
🔗 Más información: fascitis vs fasciosis plantar
🩹 Cirugía mínimamente invasiva y complicaciones
La intervención fue muy poco invasiva. Me fui a casa con muletas y una semana de reposo. Pero cometí el error de dejar las muletas demasiado pronto. Aunque la herida externa era mínima, había un corte interno que forcé sin haber cicatrizado del todo.
Tuve que volver al fisio, el Dr. Iborra me infiltró colágeno y me recomendó tecarterapia. Mejoré un poco, pero no lo suficiente.
📉 ¿Era fascitis o algo más? Diagnóstico clave
El dolor era distinto al de antes de la cirugía. El Dr. Iborra sospechó un nervio atrapado y lo confirmó con una infiltración anestésica guiada por ecografía. Al instante desapareció el dolor. Fue mágico.
Me propuso realizar una radiofrecuencia para “quemar” el nervio. Me alivió al principio, pero el dolor volvió.
🔪 Segunda cirugía: neurotomía y cirugía de rescate
El 19 de enero de 2017 me intervinieron nuevamente el Dr. Iborra y el Dr. Villanueva. Esta vez fue una cirugía abierta para cortar el nervio que daba sensibilidad al talón.
El Dr. Iborra me explicó que era una cirugía de rescate, compleja, con posibilidad de nuevas complicaciones, como el desarrollo de un neuroma. Pero confié en él plenamente.
Pasé dos meses en silla de ruedas, con reposo absoluto. La herida se infectó a pesar de los antibióticos preventivos. Fue muy doloroso: el talón se llenó de líquido por la infección. Tras varios antibióticos, por fin la infección remitió y la herida se cerró.
🕊️ Recuperación y vuelta a la vida
El 3 de julio de 2017 fui a consulta por primera vez sin muletas, y en metro. Un gran logro. El 13 de septiembre me dieron el alta médica con el pie al 98% de recuperación.
Volví a cometer el error de forzar demasiado el pie, y tuve una recaída. El Dr. Iborra me infiltró corticoides y recomendó reposo relativo y fisioterapia. Esta vez sí hice caso.
💃 En abril de 2018 acabó mi calvario
Recuperé mi vida. Pude limpiar, trabajar en el campo durante 12 horas seguidas de pie. Y lo más especial: en la boda de mi hija en septiembre, bailé, llevé tacones y no sentí dolor.
Soy una persona distinta, después de 4 años puedo volver a hacer todo esto sin dolor y llevar una vida normal. Después de 4 años de sufrimiento, soy una mujer nueva.
Gracias de corazón al Dr. Álvaro Iborra, al Dr. Manuel Villanueva y a todo el equipo AVANFI por su implicación, paciencia y humanidad.

Comentario del Dr. Iborra sobre este caso de fascitis.
María del Carmen fue una paciente ejemplar, muy especial, ¡una luchadora! Des el primer momento depositó toda su confianza en mí, incluso cuando las cosas se complicaron. La primera cirugía no fue suficiente porque, además de la fascitis, tenía un nervio gravemente lesionado de manera muy grave.
La segunda cirugía, una neurotomía, era compleja, pero era la única vía. Yo lo llamo cirugía de rescate. Cuando cortamos un nervio pueden surgir otros problemas. Aveces se produce un neuroma. Otras, incluso sigue doliendo porque el sistema nervioso central sigue enviando información de dolor aunque no sea real. Algo parecido pasa en el famoso miembro fantasma cuando se realiza un amputación: el paciente siente el pie o la mano que ya no existe.
Pero la fuerza de María del Carmen, su fuerza, su confianza y su perseverancia fueron claves porque no teníamos otra alternativa y ella estaba consumida y frustrada. Este tipo de casos nos recuerdan que no siempre todo es perfecto, pero con implicación mutua, los resultados llegan.
Tras explicarla todo el procedimiento, ella siguió confiando en mí y fuimos a por todas. Aún así tuvimos otra complicación: una infección. Afortunadamente se resolvió bien. Ahora María Del Carmen está disfrutando de nuevo de su vida.
Cuando me envió un Whats tras la boda de su hija, diciéndome que había bailado sin parar, me emocioné.
Cuando la evolución de los pacientes no es la que nos gustaría o surgen complicaciones (ningún cirujano está exento…) y, aun así, el paciente entiende que desgraciadamente ha ocurrido… Que tenemos que seguir peleando juntos. Si además, el paciente te sigue mostrando confianza máxima, como cirujano y como persona, es algo que valoro muchísimo. Casos así nos dan sentido como médicos.
Gracias a todos los pacientes por su confianza en este caso en especial a María del Carmen.
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